Sueño 7.

Son las doce en punto. Medianoche. Tú y yo estamos a punto de besarnos, ¿sabes? Puedo sentir tu aliento en mi boca, tu mirada fija en mis ojos, tus manos en mi cintura, pero no siento nada más, aunque tampoco me hace falta. Soy como una princesa en tus brazos, no tengo miedo a nada, pero cuando parece que vas a besarme, comienzan a sonar las campanadas. Una, dos tres… Me tengo que ir. Comienzo a correr. Cuatro, cinco, seis… Atravieso un salón lleno de gente, de risas, de baile, de música… Siete, ocho, nueve… Un pasillo lleno de guardias. Alguien corriendo detrás de mí. Eres tú. Llego a las escaleras, las bajo tan deprisa que ya no te siento detrás de mí. Diez, once… Me monto en mi carruaje, viendo como bajas aquellas escaleras que momentos antes yo bajé. Doce. Cuando ya no te veo, no veo tu castillo, vuelvo a mi mundo, a ese mundo en el que solo existes en mis sueños… Un momento: me falta un zapato… Eso quiere decir que volveré a verte.

Soy la princesa de los sueños de oro...

Pau: la chica de tus sueños.