Sueño 9.

Durmiendo tranquilamente, soñando con aquel primer beso, con la persona que se lo daría. Había soñado con un beso tierno, dulce... Con un beso apasionado... De ambas maneras estaba bien. Pero los dos con la persona de quien estaba enamorada: José. Amaya, perdida en sus sueños, notó como un cosquilleo le recorría el brazo, levantándose con un sobresalto que le hizo perder el equilibrio. Una sombra apenas visible la sostuvo y, lentamente, encendió la luz de la mesa de noche. Increíble: era él. ¿Será verdad que soñando varias veces un sueño se haría real? Amaya se llevó las manos detrás de su espalda y cruzó los dedos. José comenzó ha acercarse hasta que los alientos de ambos se encontraron.
-¿Qué te pasa? -susurró José.
-¿No lo notas verdad?
-¿El qué? -preguntó José confuso.
- Que me quedo sin aire... -susurró Amaya con una tímida sonrisa.
José se acercó y besó a Amaya de la manera más tierna que podáis imaginar, mientras sus manos sonstenían a Amaya para no dejarla escapar jamás.

Déjame vivir tus días, beber de tu sonrisa, soñar que sueñas conmigo... ¡Bésame y que espere la vida!

Pau: la chica de tus sueños.