Sueño 13.

Y al entrar por esa puerta que conduce a mi felicidad todo el mundo se levanta para recibirme. Vestidos rosas, negros, rojos, verdes... Trajes negros, azules... Zapatos de tacón, planos... Corbatas rojas, verdes, a rayas... Pero lo que más me gusta de todo, son sus sonrisas, porque están felices por mí. Y allí, al fondo, radiante, con una sonrisa está él. Dios mío, ¿cómo no me he dado cuenta antes de lo perfecto que es? Camino radiante, con un paso lento y firme, hasta llegar a su lado. Sonreímos. Es como si solo estuviésemos el y yo. Son los cuarenta y cinco minutos más felices de toda mi vida. Entre miradas, sonrisas y susurros.
- Alejandro, ¿quieres a Sol como legítima esposa, para amarla y respetarla, todos los días de tu vida hasta que la muerte os separe?
- Sí, quiero.
- Sol, ¿quieres a Alejandro como legítima esposo, para amarlo y respetarlo, todos los días de tu vida hasta que la muerte os separe?
- No, padre, hasta que la muerte nos separe no, hasta mucho más que eso.
-Entonces, yo os declaro marido y mujer, Alejandro, ya puedes besar a la novia.
Y este es nuestro primer beso juntos. Increíble, maravilloso. Tierno, pero a la vez apasionado. Y lo voy a tener toda la vida para mí. Bueno toda la vida, y lo que venga después de ella.

Dedicado a mi prima Sol, que se casó el pasado sábado, y gracias a ella me he inspirado en este relato, ya que ella y su ya marido estaban tan enamorados que daban ganas de casarse pero ya... ¡que seas muy feliz Sol! ¡Tú tambien Alex! :)

Pau: la chica de tus sueños.